En el año 2008 el biólogo Casey Dunn, de la Universidad de Brown (EE.UU) llegó a la conclusión de que un grupo de animales parecidos a las medusas y dotados de púas llamados ctenóforos son los seres más ancestrales que existen.
¿Cómo pican las medusas?
Los tentáculos de las medusas están repletos de células urticantes llamadas cnidocitos. El cnidocito dispone de una estructura que consiste en una cápsula que contiene las sustancias tóxicas, alrededor de la cual se enrolla un filamento que puede estar armado con una serie de espinas en la base o distribuidas en toda su longitud. La parte superior está cubierta por un opérculo que se abre cuando se produce un estímulo táctil externo, y en fracciones de segundo se desenrosca el filamento urticante. Cada cnidocito sólo puede usarse una sola vez, por lo que una vez descargado es reemplazado por otra nueva célula.
¿Qué toxinas producen las medusas y otros cnidarios?
Entre otras toxinas, el veneno de las medusas puede contener diversas sustancias que pueden producir en el organismo de quien sufre la picadura del animal ya mencionado las siguientes consecuencias: ataca al tracto digestivo, provoca vómitos, dolores abdominales, además de problemas respiratorios.
¿Cuál es la medusa más venenosa?
El animal más venenoso del mundo es una cubomedusa, de nombre Chironex fleckeri, que produce el denominado síndrome "Irukandji". No se detecta la picadura, pero entre 10 y 40 minutos después se desencadena toda una serie problemas cardiovasculares, respiratorios, abdominales, etc., que desembocan en la muerte.
¿Hay medusas inmortales?
La especie Turritopsis nutricula podría ser el único animal en el mundo que realmente ha descubierto la fuente de la eterna juventud. Este hidrozoo, de forma acampanada y apenás medio centímetro de longitud, no muere tras alcanzar su estado adulto, sino que es capaz de regresar a su forma juvenil (pólipo) y repetir su ciclo vital hasta alcanzar una segunda madurez... y una tercera, y una cuarta... Así hasta un número de veces potencialmente infinito, según los científicos. Los investigadores están estudiando a fondo su biología para descubrir cómo es capaz de revertir su proceso de envejecimiento.
¿Qué es la Proteína Verde Fluorescente?
La medusa del Pacífico Norte Aequoria victoria utiliza la proteína fluorescente verde (GFP) para emitir una bioluminiscencia que asusta a sus potenciales predadores. Los biólogos moleculares han encontrado el modo de utilizarla en investigación, acoplando el gen para la GFP a otros genes que codifican para numerosas proteínas, creando así proteínas luminosas que son fácilmente observables en células vivas. La GFP se ha usado para estudiar procesos como la división celular en levaduras, el desarrollo del sistema nervioso en gusanos o la evolución de tumores.
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